
¿Te imaginas tener tu propio gimnasio en casa? Pero no un par de pesas y una bici estática en una habitación en desuso. Un auténtico gimnasio en un lugar de la casa que te inspire, que te invite a hacer deporte y cuidarte. Con buenas vistas, luz natural…
¿Imposible? En absoluto: tu porche o tu terraza son ese gimnasio ideal. Pero claro, para hacerlo posible necesitas unas cortinas de cristal.
Ventajas de tener un gimnasio acristalando tu porche o terraza
Tanto el porche interior de una casa, como un amplio balcón o una terraza tienen cosas en común:
- Son privados, en mayor o menor medida tiene intimidad.
- Tienen buena luz natural. Especialmente las terrazas, al no tener techo de obra.
- Son espacios desaprovechados buena parte del año, por el frío, el viento o la lluvia.
Instalando un sistema de cortinas de cristal, en combinación con unos techos moviles de cristal, puedes aprovechar la intimidad y la luz natural, y evitar el problema de la inutilización por mal tiempo. Y eso convierte estos espacios en lugares soñados para instalar un gimnasio doméstico de primera.
Esto es todo lo que ganas:
Versatilidad deportiva
Una vez has decidido dedicar ese espacio abierto al deporte, su propia planta y distribución te indicará cómo organizarlo para el entrenamiento.
Los espacios más pequeños, como un balcón ancho o un porche mediano, son perfectos para instalar alguna máquina de aeróbico, como bicicleta estática, máquina de remo o cinta de correr, y complementar luego con elementos móviles y fáciles de guardar o almacenar: mancuernas, comba, esterilla para abdominales, banqueta de steps, etc.
En los espacios más amplios, como un gran porche o una terraza, puedes ir a por un equipamiento fijo más “pro”, como varias máquinas de aeróbico y también bancos de pesas, o alguna otra máquina de fitness que puedes incluso fijar a la pared.
Tanto a pequeña como a gran escala dispones de muchas opciones para convertir ese espacio en un estupendo gimnasio con los cerramientos de cristal Vitroglass.
Intimidad y ambiente
Estás solo/a. O, si invitas a alguien para que disfrute de tu nuevo gimnasio, estáis solos/as. Nadie va a veros.
En una terraza o porche interior (de los que dan al jardín en una casa unifamiliar, por ejemplo), la intimidad es absoluta. En un balcón o terraza rodeada de edificios más altos puede que alguien te vea, pero siempre será algo muy puntual y lejano.
Esto significa que tus sesiones deportivas se llevarán a cabo en la más absoluta intimidad, sin curiosos ni miradas incómodas.
Pero es que, además, las cortinas de cristal para porches crean una barrera acústica que reduce la transmisión del sonido en unos 60 decibelios. Eso significa que el ruido del exterior no perturbará tu entrenamiento. Y que tú puedes ponerte tu música preferida y más motivadora sin molestar a los vecinos.
¡El ambiente perfecto para entrenar!
Libertad de entrenamiento
Se acabaron las excusas: que si el tráfico, que si el mal tiempo, que si demasiado frío para ir al gimnasio, que si demasiado calor para ponerse a sudar más…
Con un gimnasio privado en tu porche o terraza, tu libertad de entrenamiento es total.
- Con un tiempo agradable, abres las cortinas y dejas que la brisa del aire libre te acompañe en tu esfuerzo.
- Con excesivo calor o frío, las cortinas cerradas suponen una barrera térmica que hace muy fácil la climatización interior.
- Con lluvia o viento, cierras las cortinas y sigues tu entrenamiento dentro de casa tan ricamente.
Y sin horarios, claro: estás en tu casa. Como si quieres entrenar a las doce de la noche.
Si no haces deporte en estas condiciones, no es porque no puedas: ¡será porque no quieres!
Vistas motivadoras
Lo bueno de hacer spinning o veinte minutos de bici estática al aire libre son las vistas. Y con las cortinas de cristal, esas vistas se mantienen intactas porque el sistema no tiene perfiles metálicos verticales que las estropeen.
Tu jardín, el paisaje en el horizonte, la jungla urbana: todo ello puede convertirse en una vista inspiradora que te ayude a concentrarte en el entrenamiento y disfrutar del deporte mejor de lo que lo harías en cualquier gimnasio profesional. Cuyas vistas, en la mayoría de casos, se limitan a otros deportistas sudando delante de ti frente a una pared.
Luz natural
Aprovecha hasta el último fotón de luz solar. En el caso de balcones y porches, el cerramiento con cortina de cristal garantiza que no se pierde ni un rayo de sol en esos perfiles verticales.
En el caso de terrazas abiertas, es necesario completar la estructura con unos techos fijos. Estos permitirán el paso diáfano de la luz solar, pero también puedes elegirlos con techo opaco o translúcido y modular ese impacto si crees que va a ser demasiado sol.
En todo caso, tu control sobre la iluminación natural es total e idóneo para el máximo aprovechamiento.
Fácil mantenimiento e higiene
Olvídate de andar limpiando el sudor ajeno de las máquinas que vas a utilizar: aquí todo es tuyo y solo tuyo.
Además, el sistema de cortinas de cristal permite una fácil ventilación del espacio con sus diferentes modos de apertura total o parcial. Evita que la condensación lo empape todo y mantén un espacio ventilado e higiénico en el que disfrutar del deporte.
¿No te imaginas ya cómo podría quedar ese espacio en el que quieres poner tu gimnasio? ¿Y la cara que pondrán tus amistades cuando lo vean?
Tú sólo has de traer las ganas de ponerte en forma. De convertir ese espacio abierto en un entorno ideal para un gimnasio privado, ya nos encargamos nosotros.
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